jueves, 9 de febrero de 2012

Acerca de mi creación puramente Canadiense y tercer Poemario, Huellas de una Reina sin Corona...

Huellas de una Reina sin Corona, representa en sí, la labor poética más importante en mi incipiente carrera literaria como autor.

En el año 2002, cambié temporalmente de residencia al majestuoso país de Canadá; una primavera y un verano bastaron para que el destino cambiara mi vida a través de castos y matizados paisajes, y el amor de una dama.

Escrito entre algunos inigualables rincones de Canadá y sus alrededores: British Columbia, Québec y Ontario, éste libro ha sido la mayor muestra de inspiración, admiración y amor desenfrenados por la vida y la mujer, que yo, como poeta he desarrollado a través de las letras plasmadas, y donde las metáforas se disgregan con el más solemne canto perdido entre palabras.

Surgida de un romance repentino entre largas horas de nevadas soledades, ésta poesía logrará entre sus sonidos y cadencias, desdoblar al lector hacia una súbita revolución emocional, donde no habrá cabida a la lógica, y la muerte pretende no importar ya más, sino inspirar y enaltecer hasta el fifi nal, porque es a través del lenguaje del alma que realmente entendemos nuestra existencia:

El amor es parecido al cigarro del poeta, suele ser inspirador y casi siempre mata, su ausencia desespera, puede tirarlo y pisarlo, o disfrutarlo hasta que apagado desvanezca…

Dicen del tiempo, que su magia forma en inquebrantables muros los buenos recuerdos, y es verdad, no sólo son insustituibles baldosas, sino también, la mayor prueba de que el mejor estado del hombre se experimenta en sus momentos de madurez.


Ésta creación nueva, y de cuyos inseparables rumores no logré escapar por mañanas, tardes y noches enteras, llega finalmente a mi vida haciéndole frente al mundo para luchar, navegar, reír, conmover, llorar, volar y crecer…y que como un nuevo ser, verá en los lectores, amigos míos, a sus verdaderos padres…


…porque como alguna vez le confesé a una mujer, yo no soy dueño de mis versos, sino quien los ha inspirado, no soy tampoco quien los juzga, porque el mejor crítico y poseedor definitivo, es precisamente quien los lee, circunstancia que en nuestros tiempos ya es virtud…


…el poeta no es traductor de metáforas, es un instrumento de fuerzas divinas, cuya tarea encomendada, es lanzar al mundo ideas para que los ojos las desmenucen, la mente las digiera y el corazón las transporte al recuerdo para que entonces, el cuerpo las deseche en sonrisas…eso es poesía…


Son ya diez años los que suceden a las primeras frases escritas Desde el fondo de mi corazón en una Lunada Dominical de Canadá, país que por mera naturaleza espesó mis sentires y los colmó en un manantial imaginario que cambió mi vida para siempre; y al retomar éste proyecto, siento venir aquéllas antiguas ilusiones para visitarme un tanto agradecidas…


Y como un pintor que contempla sus trazos una y otra vez, en repetidas ocasiones, desde diferentes ángulos y anlizando cada matiz, yo admiro todas estas ramificaciones que germinan entre letras, porque más que un conjunto de redacciones tituladas, es una antología de los momentos más bellos de mi vida hasta ese entonces, en aquéllas tierras del maple, los osos y el jockey de los Canucks.


…Y de la musa…qué puedo yo decir…fue simplemente una reina de distintos andares…sin esa corona hurtada por mis manos, y que por cuestiones que sólo el destino se sabe explicar, decidí en sus huellas, entre música gitana y en alguna primavera, edificar mi amor como en una Melodía Inmortal


…y nunca más volví a ser el mismo de antes…


Privilegiadamente, el autor.

CAPÍTULO UNO.

Lunada Dominical

Poem for a lovely girl

Poema para una dulce mujer

Me gustas

Entre el río y la primavera

Amor

Me afliges

El efluvio de tu existir

Contigo

Gesto sublime

A una musa inmediata


CAPÍTULO DOS.

Sintiendo su falta

Por quien eres

Donde tu luz se acuesta

Ayer mientras llovía

Un momento inolvidable

Despertares

Cuando amanece

El vuelo de tus alas

Trece de Mayo

El milagro de sus ojos

Estoy enfermo

Deja que te confiese

Nocturno

Si algún día quisiera describirte…

Tu mal humor

El día más feliz de mi vida

Al extrañarte así…

La voz de tu esperanza

Mi primera impresión

Bendito recuerdo

Mi amor por ti

Un llanto desconocido

Impaciencia sublime

Ensueño del alma


CAPÍTULO TRES.

Palabras en el viento

La cercanía de un beso

Humilde canción

Un canto en primavera

Recordando la tarde

Amaneciendo

La libertad de mis palabras

El más bello de mis relatos

Es muy poco

Suponiendo

onde tus huellas se van

Para una inolvidable andariega

Ésta mañana

La dama sitiera

Vanidad dormida

Instantes

El hálito de tu voz

Canción inesperada

Mientras nevaba de noche

Un verso libre

Relato de un recuerdo


CAPÍTULO CUATRO.

Melodía Inmortal

Mis motivos de amarte…

En un crepúsculo

Mujer en calma

Al canto de tus ojos

Confesión

Recordándote en silencio

Un amargo Adiós

Hoy

Por hablarte sólo a ti

Melodía de Verano

Soledad del Mar

Saudade…

Huellas de una reina sin corona…

Un himno al recuerdo

¿Será que el destino nos une?

El Cuento de una Reunión por la Paz.


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http://www.palibrio.com/

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© Ricardo Galván Barquín
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