viernes, 10 de febrero de 2012

Acerca de un admirable poeta... El lento y amargo Animal... Jaime Sabines...

Jaime Sabines Gutiérrez, (Marzo 1926- Marzo 1999).

Un grandioso poeta mexicano, que en sus 73 años inspiró a cada uno de nosotros, y en cada mujer por igual, dejó depositadas sus gratas palabras a través del viento que exhalan las páginas de sus libros. Sus poemas, trozos de cielo colmados siempre de ternura, dulzura, rebeldía y un lascivo eslabón de grandeza humana, concretan la urbanidad del ser humano a través de simples metáforas fáciles de comprender, siempre digeribles y comunes, pero hermosamente originales, tan únicas como su cigarro, su chicle, su danzón y la augusta presencia de una mujer…

…Y al hacer nuestra su exquisita obra con una lectura consciente, es tal la inesperada reacción del poeta Chiapaneco, a veces hundido en la realidad, aunque irrevocablemente perdido en fantasiosas ilusiones, como nos suele suceder a todos los poetas, es tal su sentido de priorizar su presente, sus tardes y nublados pasos, que bien nos puede decir que mientras su amada y ejemplar Tía Chofi partía al cielo, el se iba al cine y hacía el amor, o en el extremo, darse cuenta de que le falta su amada inútilmente encontrada, a pesar de buscarla entre las gentes y el ruido…

Personalmente encuentro en Sabines, una magia singular que me perpetúa en las inspiradoras redes de la poesía, puede causarme gracia, simpatía ó amor centelleante para con la mujer, porque en él las emociones son inmediatas, claras y se muestran sin rodeos, cuando citando alguno de sus poemas argumenta que si se está triste, hasta la palabra excusado nos puede hacer llorar.

Su amor es simple: Te he dicho, ya es tarde, y tú sabes que te decía Te Quiero… Su amor es medicinal: Espero curarme de ti en unos días… Su amor es viril, complicado y polémico: Canonicemos a las putas… Vírgenes perpetuas, reconstruidas… Su amor, afortunadamente, es realista: Porque a estas alturas, la juventud sólo puede adquirirse por contagio…

Leer a Jaime Sabines, ha causado en mi persona una de las más grandes alegrías como ser humano, porque aunque la gente por ahí vagando sin rumbo, insiste en replicar que la poesía es obsoleta, siempre la defenderé tomando como fundamento principal de su existencia: el reencontrarnos como seres humanos con el espíritu, del que casi siempre nos hemos olvidado…

El poeta Sabines, nos ha dicho que enterrar a un muerto es un acto de violencia, que bailar un danzón a las altas horas es agradable, que su amada chepita es la dueña de su amurallado corazón, que las putas son la libertad, presencia, fluidez y perpetuidad, nos ha remontado a la creación divina de Adán y Eva para heredarnos su historia… Pero mucho más importante, Sabines nos ha confesado que ama a Dios, y eso amigos míos, sin importar las religiones, es la bandera de humildad con que todo poeta debe cargar por siempre…

… Que viva por siempre nuestro célebre Sabines, el lento y amargo animal…


© Ricardo Galván Barquín
© COPYRIGHTS, todos los derechos reservados.


** Poema: Me encanta Dios…

Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos.

Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida ?no tú ni yo? la vida, sea para siempre.

Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang... Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.

A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho ?frente al ataque de los antibióticos? ¡bacterias mutantes!

Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo y de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.

Mueve una mano y hace el mar, y mueve la otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.

Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, y manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia ?y se agita y crece? cuando Dios se aleja.

Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy.

A mí me gusta, a mí me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.

**© Jaime Sabines / Libro: Nuevo Recuento de Poemas.
Editores. Joaquín Mortiz, Planeta Año 1983.

jueves, 9 de febrero de 2012

Acerca de mi creación puramente Canadiense y tercer Poemario, Huellas de una Reina sin Corona...

Huellas de una Reina sin Corona, representa en sí, la labor poética más importante en mi incipiente carrera literaria como autor.

En el año 2002, cambié temporalmente de residencia al majestuoso país de Canadá; una primavera y un verano bastaron para que el destino cambiara mi vida a través de castos y matizados paisajes, y el amor de una dama.

Escrito entre algunos inigualables rincones de Canadá y sus alrededores: British Columbia, Québec y Ontario, éste libro ha sido la mayor muestra de inspiración, admiración y amor desenfrenados por la vida y la mujer, que yo, como poeta he desarrollado a través de las letras plasmadas, y donde las metáforas se disgregan con el más solemne canto perdido entre palabras.

Surgida de un romance repentino entre largas horas de nevadas soledades, ésta poesía logrará entre sus sonidos y cadencias, desdoblar al lector hacia una súbita revolución emocional, donde no habrá cabida a la lógica, y la muerte pretende no importar ya más, sino inspirar y enaltecer hasta el fifi nal, porque es a través del lenguaje del alma que realmente entendemos nuestra existencia:

El amor es parecido al cigarro del poeta, suele ser inspirador y casi siempre mata, su ausencia desespera, puede tirarlo y pisarlo, o disfrutarlo hasta que apagado desvanezca…

Dicen del tiempo, que su magia forma en inquebrantables muros los buenos recuerdos, y es verdad, no sólo son insustituibles baldosas, sino también, la mayor prueba de que el mejor estado del hombre se experimenta en sus momentos de madurez.


Ésta creación nueva, y de cuyos inseparables rumores no logré escapar por mañanas, tardes y noches enteras, llega finalmente a mi vida haciéndole frente al mundo para luchar, navegar, reír, conmover, llorar, volar y crecer…y que como un nuevo ser, verá en los lectores, amigos míos, a sus verdaderos padres…


…porque como alguna vez le confesé a una mujer, yo no soy dueño de mis versos, sino quien los ha inspirado, no soy tampoco quien los juzga, porque el mejor crítico y poseedor definitivo, es precisamente quien los lee, circunstancia que en nuestros tiempos ya es virtud…


…el poeta no es traductor de metáforas, es un instrumento de fuerzas divinas, cuya tarea encomendada, es lanzar al mundo ideas para que los ojos las desmenucen, la mente las digiera y el corazón las transporte al recuerdo para que entonces, el cuerpo las deseche en sonrisas…eso es poesía…


Son ya diez años los que suceden a las primeras frases escritas Desde el fondo de mi corazón en una Lunada Dominical de Canadá, país que por mera naturaleza espesó mis sentires y los colmó en un manantial imaginario que cambió mi vida para siempre; y al retomar éste proyecto, siento venir aquéllas antiguas ilusiones para visitarme un tanto agradecidas…


Y como un pintor que contempla sus trazos una y otra vez, en repetidas ocasiones, desde diferentes ángulos y anlizando cada matiz, yo admiro todas estas ramificaciones que germinan entre letras, porque más que un conjunto de redacciones tituladas, es una antología de los momentos más bellos de mi vida hasta ese entonces, en aquéllas tierras del maple, los osos y el jockey de los Canucks.


…Y de la musa…qué puedo yo decir…fue simplemente una reina de distintos andares…sin esa corona hurtada por mis manos, y que por cuestiones que sólo el destino se sabe explicar, decidí en sus huellas, entre música gitana y en alguna primavera, edificar mi amor como en una Melodía Inmortal


…y nunca más volví a ser el mismo de antes…


Privilegiadamente, el autor.

CAPÍTULO UNO.

Lunada Dominical

Poem for a lovely girl

Poema para una dulce mujer

Me gustas

Entre el río y la primavera

Amor

Me afliges

El efluvio de tu existir

Contigo

Gesto sublime

A una musa inmediata


CAPÍTULO DOS.

Sintiendo su falta

Por quien eres

Donde tu luz se acuesta

Ayer mientras llovía

Un momento inolvidable

Despertares

Cuando amanece

El vuelo de tus alas

Trece de Mayo

El milagro de sus ojos

Estoy enfermo

Deja que te confiese

Nocturno

Si algún día quisiera describirte…

Tu mal humor

El día más feliz de mi vida

Al extrañarte así…

La voz de tu esperanza

Mi primera impresión

Bendito recuerdo

Mi amor por ti

Un llanto desconocido

Impaciencia sublime

Ensueño del alma


CAPÍTULO TRES.

Palabras en el viento

La cercanía de un beso

Humilde canción

Un canto en primavera

Recordando la tarde

Amaneciendo

La libertad de mis palabras

El más bello de mis relatos

Es muy poco

Suponiendo

onde tus huellas se van

Para una inolvidable andariega

Ésta mañana

La dama sitiera

Vanidad dormida

Instantes

El hálito de tu voz

Canción inesperada

Mientras nevaba de noche

Un verso libre

Relato de un recuerdo


CAPÍTULO CUATRO.

Melodía Inmortal

Mis motivos de amarte…

En un crepúsculo

Mujer en calma

Al canto de tus ojos

Confesión

Recordándote en silencio

Un amargo Adiós

Hoy

Por hablarte sólo a ti

Melodía de Verano

Soledad del Mar

Saudade…

Huellas de una reina sin corona…

Un himno al recuerdo

¿Será que el destino nos une?

El Cuento de una Reunión por la Paz.


Disponible con el autor ó en AMAZON y
http://www.palibrio.com/

Available with the author or at AMAZON and
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© Ricardo Galván Barquín
© COPYRIGHTS, todos los derechos reservados.

Acerca de mi primer Novela, Entre el Destino y el Amor...

A mis 21 años me trasladé a Cancún, México, donde lidiando con la locura de un poeta, me vi obligado a escribir una especie de biografía ficticia, y dos años después, surge ésta, mi primera novela, dando así forma a una historia que inesperadamente se hará realidad, y a la cuál tardaría ocho años en terminar forma. Actualmente,

Un lugar de magia colonial, inspirado en el hermoso pueblo de San Miguel de Allende, México, es testigo de la historia de un amor vocacional, surgida de la inexplicable ruta del destino incierto de un insipiente literato y sus incansables huellas.

En la intensa lucha por sus ideales y sus amores, Pablo deberá recorrer innumerables caminos, entre los cuáles, se encontrará con el de su propio destino.

El autor nos ofrece ésta apasionante historia donde lo metafórico se funde en una realidad soñada, para entretejer el testimonio del amor a la vida misma, que quedará invariablemente inscrita en una súbita inspiración para el lector...

Breve Sinopsis:

...quizás me había convertido en un verdadero actor profesional, lúcidamente atraído por la literatura clásica, circunstancia que me hacía madurar sin darme cuenta… mientras mi mente redundaba en asuntos triviales, descubrí a un costado mío un diario, al parecer perdido accidentalmente; estaba leyendo por no sé qué motivos, las cartas más hermosas…

A lo largo de los años en que había recorrido una breve vida artística y a veces alejada de la gente, empecé a formar en mi interior un criterio que sin duda sería determinante para mis años posteriores. Eso era al menos, lo que hasta entonces escuchaba desde la ronca voz de mi mejor amiga Diana Lucía, con quien me encontraba departiendo en un café del Centro Cultural de Las Auroras, mientras se escuchaba el incomparable canto de los ruiseñores en algún amanecer dominical de mi bella tierra colonial de Ciudad Quevedo y Zaragoza; ávidos artistas de distintas edades rodeaban el lugar construyendo su vida momento a momento al desbordar sus oficios en pintura, escritura, cerámica, música a coro y partidas de ajedrez.

Ese hermoso rincón del centro y su impresionante verdor de cautivante galanura que hace petisa a la soledad, era el lugar elegido para enriquecer los segundos después de recorrer las obras de arte de los muralistas Mexicanos de mayor influencia, entre salones de interminable eco y el oficio de los telares.

Debido a que algunas semanas atrás yo había experimentado algunas diferencias interpersonales en mi equipo laboral, me sentía muy falto de ánimos respecto a temas concernientes al manejo de mi futuro y ciertas cuestiones emocionales que habían inquietado fuertemente mis actividades cotidianas.

Me dispuse entonces a enfocar mi atención en la elocuente voz calmada de mi acompañante, y a petición suya, escarbaba desde las raíces de mis preferencias vocacionales para tratar de darle explicación a una simple pregunta, tras indagar a fondo mi presencia en el teatro después de varios años de no vernos...

...Es de noche, fumo y me siento inmensamente feliz, como cuando uno se gradúa de algún nivel académico, yo no lo creía, pero también existen graduaciones de la vida misma.La luna parecía una gota de diamante, la constelación nos envolvía y la ligereza de su silueta, provocaba una sombra calmada como las flores cercanas. Íbamos por el camino rutinario de toda la gente, pero el más bello: La avenida Altamirano, iluminada y con largas distancias de árboles, plantas, algunos carruajes,automóviles y calandrias…

Emprendimos una larga travesía de besos, cuya efusividad se esparcía al paso menudo de una pasión que lejos de perecer se acrecentó. Estúpidamente llegué a pensar que su decisión era una broma inconsciente… Con la debilidad del andariego que sediento recorre los desiertos y brechas del mundo, y el cansancio de las aves que cruzan el atlántico, terminamos, hasta que el amanecer mostró sus dilatadas pupilas al mundo incierto de mis manos…

Porque sin llamarte aparecías detrás de todo y frente a todo; inimaginablemente te fundiste en mi sangre y mi corazón… Tus tardes serán cada vez más hermosas, tus lluvias tupirán los crepúsculos de luz y en cada rincón apaciguarás la sed de las flores aromadas, cuánto te extrañaré, reverberante provincia de históricas andadas donde sacian su sed de inspiración los artistas . . . pero el día que vuelva luminoso como una estrella, ya no será igual, tierra de mis amores...

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© Ricardo Galván Barquín
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La Guerra y sus Inauditas Consecuencias...

El más impío de los hábitos desgarradores del hombre, la más cobarde de las salidas y el asesino más infalible de cualquier sonrisa, es justamente una guerra… Detengámonos un momento y pensemos cuerdamente; no todo lo que es tangible es para poseerlo o derrumbarlo, no todo el poder es benevolente ni la salvación total de una sociedad, ni todo arrepentimiento conlleva una absolución indefinida.

La guerra es un infierno obligatorio para algunos justos, es la intolerancia graduada para los niños o el golpe más certero para la vanidad femenina en nuestro planeta; es la gloria para quienes de ella se benefician y en torno a sus consecuencias, rigen sus actos cotidianos.

Lo que el ser humano necesita es que una hermandad arrasadora reine, y que abarquen cada continente sus ecos sonoros, que la libertad se diluya en una lluvia permanente de esperanzas, porque la Tierra comienza a cobrar las facturas de los actos de la humanidad y nuestras deudas sobrepasan los límites del respeto y la dignidad, semillas en extinción.

…Y entonces, que desde los más inhóspitos rincones de cada país, surja una nueva oportunidad de cambio, porque yo no sólo pienso en mi futuro, no sólo van mis oraciones a mi beneficio propio, en realidad, también me preocupan las futuras generaciones.

Todos fuimos niños, tan sólo pongámonos en su lugar y actuemos conforme a la voluntad bien encaminada de un niño, dueño absoluto del mundo... entonces habrá paz, que contrarresta a las guerras no con otras guerras, sino con el diálogo.

© Ricardo Galván Barquín
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